Don Ramón Guerra, exponente del periodismo nacional, nos abandonó la madrugada del 27 de febrero de 2009, después de una intensa y longeva vida que dedicó al servicio de sus semejantes. El 2005 el Fórum de Periodistas por las Libertades de Expresión e Información de Panamá le otorgó el Premio a la Excelencia Periodística.
Me correspondió el gran honor de presentarlo ante la audiencia congregada en el Citi Club, de la Calle 50, de la ciudad de Panamá. Comparto por este medio mis palabras de aquel momento:
“No dañarás a ningún ser humano; ayudarás cuanto puedas a los seres humanos y conservarás la propia existencia”. Esta tríada de Isaac Asimov define la trascendente obra del ciudadano y periodista panameño Ramón Guerra, quien hoy es galardonado con el Premio a la Excelencia profesional por el Fórum de Periodistas por las Libertades de Expresión e Información.
Emprendedor, sencillo y profundamente sensible, don Ramón es alérgico a los homenajes. Se siente honrado por la distinción de esta noche, sin embargo piensa que su trayectoria de vida se ha desarrollado por un deber personal para con su Patria.
Mi amigo Fabián Cubilla me previno hace diez días sobre su duda de que don Ramón viajase desde la occidental ciudad de David para acompañarnos esta noche en este homenaje. Y no es porque este hombre tan cortés y desprendido quiera ser descortés con nosotros. Fabián, decano de la Facultad de Comunicación Social de la Universidad Autónoma de Chiriquí (UNACHI), es un entrañable amigo de don Ramón y el mayor conocedor de sus ideas, su vida y obra.
A los 90 años uno puede darse el lujo de hacer exactamente lo que le dé la gana, me dijo el escritor y periodista Dimas Lidio Pitty, admirador de nuestro homenajeado y vecino de Potrerillos, comunidad de Chiriquí.Don Ramón está aquí (ovación)…Cuando lo saludé me informó que en el vuelo de las 6 de la mañana retornará a David. A lo mejor llegará a tiempo para presentar la edición matutina del Radioperiódico La Prensa.
¿Qué define a don Ramón?
Como periodista por más de seis décadas, ha sabido multiplicar en todo momento el significado de una palabra que ha entrado al siglo XXI bastante lesionada: CREDIBILIDAD. Ante el bamboleo político-partidista, el pan nuestro cotidiano, las presiones, los abusos, el dinero fácil y la corrupción galopante, don Ramón ha mantenido en alto su pancarta de la CREDIBILIDAD, el santo y seña para ejercer las libertades de expresión e información en Ecos del Valle, La Estrella de Panamá, La Voz del Barú, Telebarú y Radio Chiriquí.
Ese ejercicio lo ha desarrollado a través de medios impresos, televisivos y principalmente radiofónicos, como su programa Radioperiódico La Prensa, con más medio siglo de existencia y que es un verdadero ícono de libertad y longevidad periodística.Desde su plataforma periodística, surgió el don Ramón dirigente comunitario.
No hay una obra relevante de las últimas cinco décadas en la provincia de Chiriquí que no tenga su impronta. Solo menciono cuatro: la Feria Internacional de David, la carretera interoceánica Chiriquí-Bocas del Toro, la Casa de la Cultura y la Asociación de Periodistas de Chiriquí, de la que soy orgulloso miembro.
Los galardones no lo envanecen: sus colegas en 1978 le impusieron la Medalla al Mérito Manuel Celestino González y tres gobiernos nacionales de distinto signo lo han homenajeado con diferentes grados de la Orden Vasco Núñez de Balboa. Habrá que crear otro grado si es que deciden condecorarlo de nuevo con esa Orden.
No se ha dejado amedrentar por los gobiernos de facto (su noticiero radiofónico fue cerrado por jerarcas militares: en la era Remón y en la era Noriega); ni se ha aprovechado de esos desmanes para desarrollar el síndrome de la víctima.Tampoco le intimidan las tecnologías.En los inicios de su carrera radiofónica, el telégrafo fue un arma fundamental.
Doña Elida, su madre, se convirtió en su corresponsal desde la ciudad de Panamá para el Radioperiódico, que se emitía a través de La Voz del Barú, en la ciudad de David. Por telégrafo, doña Elida llamaba a las 5 de la madrugada y le leía a su hijo periodista los titulares y el lid de las informaciones relevantes que aparecían en los diarios.
Con imaginación y seriedad, él hacía el resto.
En enero pasado visité el estudio central de Radio Chiriquí y don Ramón me mostró satisfecho un mapamundi donde tiene señalados con tachuelas los puntos del planeta en que las emisiones de Radio Chiriquí llegan por internet. –Tengo una oyente en Rusia y otra en Tailandia, me indicó.
Él es un extraordinario ejemplo de que el periodista puede hacerse sentir con voluntad, vocación y excelencia, aunque la plataforma no sea CNN o The Asahi Shimbum.
Para el gran Ramón, si se trata de credibilidad no importa que la tecnología sea satélite, telégrafo o señal de humo. ¡Felicitaciones, don Ramón!
PALABRAS DE RAFAEL CANDANEDO CON MOTIVO DEL OTORGAMIENTO A DON RAMÓN GUERRA DEL PREMIO A LA EXCELENCIA DEL FÓRUM DE PERIODISTAS POR LAS LIBERTADES DE EXPRESIÓN E INFORMACIÓN.DÍA: 11 DE MAYO DE 2005, HORA: 7 P.M. LUGAR: CITYCLUB, CIUDAD DE PANAMÁ.
PERIODISTAS: SOBRE DON RAMÓN
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sábado, 28 de febrero de 2009
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