Repudiamos la detención y amenaza de deportación de los periodistas Francisco Gómez Nadal y Pilar Chato y demandamos su libertad inmediata.
La detención de ambos informadores es una violación al ejercicio de la libertad de expresión, además de las libertades de información, reunión y asociación.
El atribuirle al señor Gómez Nadal el ser "instigador" y organizador de la protesta no solo es una acusación falsa, sino que es un insulto a la dirigencia indígena y a sus organizaciones de masas.
Los periodistas Gómez Nadal y Chato son corresponsales extranjeros, y además de cumplir con su deber de informar para los medios y organismos humanitarios que representan, se han ganado el respeto, confianza y aprecio de la sociedad panameña y la amenaza de deportarlos es una violación a todos los derechos tanto humanos como de profesión, consagrados en la Constitución y en las convenciones internacionales suscritas por la República de Panamá.
Rafael Candanedo
Coordinador de la Red de Voces Libres de Panamá
Panamá, 27 de febrero de 2011
3 comentarios:
No es un secreto que nuestro pais posee una gran riqueza por sus minerales. Los indígenas defienden su madre tierra, la que lo provee del sustento diario y lo han hecho desde siempre. Por ello apoyamos a los periodistas nacionales e internacionales que divulgan los hechos de nuestro terruño.
debida pronunciación! el acusarlos de instigadores sobre la base de un video en el que se le muestra conversando sin tener idea de qué habla, o tomando fotos (como lo mostraron en la propaganda que pasaron en TV anoche) es un insulto a la inteligencia del pueblo.
vergüenza nacional si los deportan!
Expulsar a Paco Gómez Nadal y a Pilar Chato es lo mismo que tirarse una bala en el pie o escupir para arriba. Los tiempos han cambiado. En otros tiempos se expulsaba o se desterraba a los oponentes engorrosos. Desaparecían así de la vida pública y el poder dictatorial, imperial, real, gozaba de un tiempo de paz sin esa mosca molestosa siempre picándolo. Hoy, se acabaron las fronteras. Las moscas vuelan en la red. No hay destierro posible porque sin estar físicamente presentes seguimos allí, participando en la vida pública, opinando, debatiendo, criticando. La mosca puede ser más molesta aún pues se internacionaliza. La expulsión llamará, inevitablemente, la atención sobre ese paisito que parece no tener problema y los proyectores enfocarán los hechos de lesa humanidad denunciados desde adentro y amplificados desde afuera. Hoy, no se acalla una voz de esa altura y calidad con echarlo del país.
El gobierno, además, comete un grave error de apreciación, tal es el desprecio que nos tiene, que cree que, sin la intervención de "extranjeros", las protestas por los derechos humanos de los que el derecho a una vida digna y al respeto son parte fundamental, se extinguirán. ¡Qué equivocación!
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